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Adios Benedicto XVI


Jesucristo ayúdame a ser fiel a Ti !!!



Jesucristo ayúdame a ser fiel a Ti !!!

Cuando necesites ayuda, pídesela a Dios, cuando no necesites ayuda, agradécele a Dios.



Cuando necesites ayuda, pídesela a Dios, cuando no necesites ayuda, agradécele a Dios.

SAN ROMÁN

A los treinta y cinco años de edad, san Román se retiró a los bosques del Jura, en la frontera de Francia y Suiza para vivir como ermitaño. Llevó consigo las "Vidas de los Padres del desierto" de Casiano, algunos útiles de trabajo y un poco de semilla y se abrió camino hasta la confluencia del Bienne y el Aliére. En aquellas escarpadas montañas de difícil acceso, encontró la soledad que buscaba. A la sombra de un gigantesco pino, pasaba el día en la oración, la lectura espiritual y el cultivo de la tierra. Al principio, sólo las bestias y uno que otro cazador turbaban su retiro; pero pronto fueron a reunírsele su hermano, Lupicino y uno o dos compañeros más. Después llegaron otros muchos aspirantes a la vida eremítica, entre ellos una hermana de san Román y varias otras mujeres.

Los dos hermanos construyeron los monasterios de Condal y Leuconne, a tres kilómetros de distancia uno del otro y, para las mujeres, erigieron el monasterio de La Baume, donde actualmente se levanta el pueblecito de Saint-Roman-de-la-Roche. Los dos hermanos desempeñaban simultáneamente el cargo de abad, en perfecta armonía, aunque Lupicino tendía a ser más estricto. Este último habitaba generalmente en el monasterio de Leuconne; al enterarse de que los monjes de Condal empezaban a comer un poco mejor, se presentó en el monasterio y les prohibió tal innovación. Aunque el ideal de san Román y san Lupicino era imitar a los anacoretas del oriente, las diferencias de clima les obligaron a modificar ciertas austeridades. Los galos eran muy dados a los placeres de la mesa; a pesar de ello, jamás probaban los monjes la carne, y sólo comían huevos y leche cuando estaban enfermos. Pasaban gran parte del día en duros trabajos manuales, vestían pieles de animales y usaban suecos. Esto les protegía de la lluvia, pero no del cruel frío del invierno, ni de los ardientes rayos del sol en el verano, reflejados por las rocas.

San Román hizo una peregrinación al actual Saint-Maurice de Valais para visitar el sitio del martirio de la Legión Tebana. En el camino curó a dos leprosos; la fama del milagro llegó antes que él a Ginebra y, al pasar por la ciudad, el obispo, el clero y el pueblo salieron a saludarle. Su muerte ocurrió el año 460. Según su deseo, fue sepultado en la iglesia del convento gobernado por su hermano, Lupicino.


Permite, Señor, que todo el día de hoy sepamos dar buen testimonio tí. Enséñanos, Padre, a descubrir tu imagen en todos los hombres y a saberte servir a ti en cada uno de ellos. Amén



Permite, Señor, que todo el día de hoy sepamos dar buen testimonio tí. Enséñanos, Padre, a descubrir tu imagen en todos los hombres y a saberte servir a ti en cada uno de ellos. Amén

Lc 16, 19-31

Jesús dijo a los fariseos: Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas. El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado. En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Entonces exclamó: "Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan". "Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento. Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí". El rico contestó: "Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento". Abraham respondió: "Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen". "No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán". Pero Abraham respondió: "Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán".

El reino de Dios se manifiesta mediante el amor existente entre las personas.



El reino de Dios se manifiesta mediante el amor existente entre las personas.

SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA

El primero de marzo de 1838 nació en el pueblecito de Asís (Italia) un niño llamado Francisco que, como el famoso fundador de los franciscanos, llegó a ser santo. Era el undécimo de trece hermanos y quedó huérfano de madre a los cuatro años.

Francisco (que tomó mas tarde como nombre religioso Gabriel de la Dolorosa) tenía un "temperamento suave, jovial, insinuante, decidido y generoso, poseía también un corazón sensible y lleno de afectividad... Era de palabra fácil apropiada, inteligente, amena y llena de una gracia que sorprendía..." (Fuentes, p. 24s).

Con su familia se trasladó a Spoleto donde, como el otro Francisco, era un líder de los jóvenes. Allí fue a la escuela de los hermanos de las Escuelas Cristianas, y al liceo clásico con los jesuitas. Le agradaba mucho el canto, y consiguió premios en poesía latina y en las veladas teatrales. Era un joven dinámico, con una gran pasión por su fe cristiana. En su habitación había colocado una escultura de la Piedad para su veneración íntima.

El 22 de agosto de 1856 estaba asistiendo a la procesión de la "Santa Icone", una imagen mariana venerada en Spoleto, cuando la Virgen María le habló al corazón para invitarle con apremio: "Tú no estás llamado a seguir en el mundo. ¿Qué haces, pues, en él? Entra en la vida religiosa" (Fuentes, p. 208). El 10 de septiembre de 1856 entró en el noviciado pasionista de Morrovalle (Macerata) y tomó el nombre religioso de Gabriel. Tenía solo 18 años. Su entrega fue con todo su corazón y en la vida religiosa encontró su felicidad: "La alegría y el gozo que disfruto dentro de estas paredes son indecibles" (Escritos, p. 185). Sus mayores amores eran Jesús Crucificado, la Eucaristía y la Virgen María.

Pronto empezó a llamar la atención de sus compañeros y superiores del noviciado pasionista. Pasaba largas horas entregado a la oración. El P. Maestro se veía obligado en tantas ocasiones a prohibirle que castigara tan bárbaramente su cuerpo. Por otra parte era el primero en los trabajos manuales y siempre dispuesto a hacer los más humildes. Nadie podía cogerle en la falta más mínima de observancia de la Regla y Constituciones. Era más bien una "regla viva".

Desde un principio se distinguió en su fervoroso e ilimitado amor hacia la Virgen María... Hasta a veces se privaba de ver cosas deleitables y cerraba los ojos "para conservar toda la potencia visiva y así poder contemplar más fielmente a la Virgen María en el cielo". Solía decir: "Amo tanto a la Virgen María, que es mi Madre, que si los superiores me lo permitieran grabaría su nombre en mi corazón y en mis carnes con letras de fuego".

Por fin, a sus 24 años, el día 27 de Febrero de 1862, expiraba, mientras decía: "Jesús, José y María os doy..." Antes había dicho: "Madre mía, te amo. Madre, ayúdame. Madre, defiéndeme del enemigo y ampárame a la hora de mi muerte".

Fue canonizado por Benedicto XV en 1920.




Señor, ayúdanos a superar con fortaleza las adversidades que se nos presenten hoy y haz que te sirvamos con generosidad de espíritu. Dirige y santifica los pensamientos, palabras y obras de nuestro día y danos un espíritu dócil a tus inspiraciones. Amén



Señor, ayúdanos a superar con fortaleza las adversidades que se nos presenten hoy y haz que te sirvamos con generosidad de espíritu. Dirige y santifica los pensamientos, palabras y obras de nuestro día y danos un espíritu dócil a tus inspiraciones. Amén