"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Mt 19, 3-12
Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le
dijeron: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier
motivo?". Él respondió: "¿No han leído ustedes que el Creador, desde el
principio, 'los hizo varón y mujer'; y que dijo: 'Por eso, el hombre
dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no
serán sino una sola carne'? De manera que ya no son dos, sino una sola
carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". Le replicaron:
"Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de
divorcio cuando uno se separa?". Él les dijo: "Moisés les permitió
divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero
al principio no era así. Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia
de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra,
comete adulterio". Sus discípulos le dijeron: "Si esta es la situación
del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse". Y él les
respondió: "No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a
quienes se les ha concedido. En efecto, algunos no se casan, porque
nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados
por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del
Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!".
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