"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Jn 6, 24-35
Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no
estaban en el lugar donde el Señor había multiplicado los panes,
subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Al
encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo
llegaste?". Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no
porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta
la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a
quien Dios, el Padre, marcó con su sello". Ellos le preguntaron: "¿Qué
debemos hacer para realizar las obras de Dios?". Jesús les respondió:
"La obra de Dios es que ustedes crean en Aquel que él ha enviado". Y
volvieron a preguntarle: "¿Qué signos haces para que veamos y creamos en
ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el
desierto, como dice la Escritura: 'Les dio de comer el pan bajado del
cielo'". Jesús respondió: "Les aseguro que no es Moisés el que les dio
el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el
pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo". Ellos le
dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". Jesús les respondió: "Yo soy
el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en
mí jamás tendrá sed".
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