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Señor, ten piedad de nosotros

Señor, ten piedad de nosotros.
porque hay amor que se vuelve palabra,
porque hay niños que están sin hogar,
porque los hombres se matan y se mienten,
porque se ciegan y olvidan amar
Por el hambre que sufren los hombres
por la risa que nunca brotó,
por la flor que murió en su capullo,
por el hijo que nunca nació,
Señor la injusticia nos duele y oprime...
Señor iluminanos y que podamos seguir por el buen camino..
Señor, Señor ten piedad de tu pueblo..
Amén

(Pedimos Oración, Verdad y Justicia por Candela y por todos los niños y personas que estan en situaciones similares.)
 

Salvador

Cuando estés triste... Yo secaré tus lágrimas.
Cuando tengas miedo... Yo calmaré tus temores.
Cuando te sientas preocupado... Yo te daré esperanza.
Cuando te sientas ansioso... Yo te ayudaré a sobrellevarlo.
Yo soy tu Salvador. Aceptarás mi ayuda?

Palabras de Benedicto XVI

"El arte es como una puerta abierta hacia el infinito, hacia una belleza y una verdad que van más allá de lo cotidiano. Y una obra de arte puede abrir los ojos de las mentes y del corazón, impulsándonos hacia lo alto.
Quizá os habéis dado cuenta alguna vez que ante una escultura, un cuadro, algunos versos de una poesía, o alguna pieza musical, habéis sentido una íntima emoción, un sentimiento de alegría, de percibir aquello que claramente ante vosotros no es solo material, sino algo más grande, algo que habla, capaz de tocar el corazón, de comunicar un mensaje, de elevar el ánimo.
Hay expresiones artísticas que son verdaderas vías hacia Dios, la Belleza suprema, y que también son una ayuda a crecer en la relación con Dios, en la oración. Se trata de obras que nacen de la fe y que expresan la fe". (Benedicto XVI)
 

Ave María - Flauta de pan

 

No se te turbe tu corazón ni te inquiete cosa alguna, no temas la enfermedad, ni los acontecimientos penosos, ni el dolor.
¿No estoy aquí que soy tu Madre?
¿No estás bajo mi sombra y amparo?
¿No soy vida y dulzura?
¿No estás acaso en mi regazo y corres por mi cuenta?
¿Tienes necesidad de otra cosa?...


Oración

Señor, concédeme buscar la santidad a través de tu presencia en mi vida. Tu Palabra ablanda cualquier corazón, aunque sea más duro que las piedras; Toma el mío, vacíalo de mi miseria y llénalo de tu Luz. Amén

¡Confiamos en tu misericordia, Señor!


Una carta de Dios


San Ramón Nonato - Santo del día 31 de agosto

SAN RAMÓN NONATO (1200-1240) nació en Portell, cerca de Lérida, en Cataluña, España, probablemente en el seno de una familia de la nobleza local.

San Ramón recibe el curioso sobrenombre de “no nacido” debido a que justo antes de nacer su madre falleció, y él fue extraído de las entrañas del cuerpo muerto.

Tuvo la suerte de tener un padre atento y responsable, preocupado por la educación de su hijo. Cuando llegó el tiempo, Ramón fue enviado a Barcelona para estudiar números y administración, pues su padre quería que se hiciera cargo de algunas de las fincas familiares.

Sin embargo, en Barcelona su vida cambió al conocer a San Pedro Nolasco, quien habría de fundar la Orden de la Merced. Esta gran influencia le dio claridad para seguir la vocación religiosa, y a partir de 1224 se convirtió en acompañante incondicional de su amigo.

Uno de los preceptos de la Orden Mercedaria recién fundada consistía en rescatar prisioneros, ofreciéndose en su lugar de ser necesario. Recordemos que se estaba en la época de la Reconquista en España. En el norte de África vivían como cautivos numerosos cristianos españoles; y en consecuencia San Ramón Nonato se propuso liberarlos.

De este modo llegó San Ramón a Argelia, donde fue capturado casi de inmediato. En muchos casos, los Mercedarios pagaban rescates y arreglaban que los prisioneros regresaran a sus hogares, y no fue distinto con San Ramón Nonato.

Aún hecho prisionero, no paraba de hablar para reconfortar a sus compañeros cautivos y recordarles cuál era la Verdadera Fe. Tal era el fervor de sus palabras, que sus captores le perforaron los labios con un hierro candente para colocarle una especie de candado que le impedía hablar.

Así soportó meses de cautiverio, hasta que finalmente fue rescatado por su Orden y conducido de vuelta a Barcelona. Sus labores de rescate y su propio cautiverio le habían ganado bastante fama, y se volvió bastante popular entre la gente de la ciudad.

Por la fuerza de sus palabras y por su gran valentía, en 1239 el papa Gregorio IX lo mandó llamar a Roma con la intención de nombrarlo cardenal y consejero suyo.

Al año siguiente emprendió el viaje. Sin embargo, antes de hacerse a la mar contrajo unas fiebres violentas, y falleció súbitamente con apenas cuarenta años de edad.

San Ramón Nonato es el santo patrono de las parturientas, de las parteras y en general de la obstetricia. Fue canonizado por el papa Alejandro VII en 1657.

SAN RAMÓN NONATO nos enseña la importancia de auxiliar a los cautivos.

Lectura del día

"También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado". (Lc 4, 38-44)
 

Lléname de ti, Señora

Llena de rosas mi herida,
llena de estrellas mis ojos,
llena de paz mis abrojos,
llena de gracia mi vida
y, de esplendor revestida,
ven a mí en la última hora,
a cerrar, Consoladora,
mis ojos fijos en ti
y, vaciándome de mí,
lléname de ti, Señora.
Amén

Contestador en el cielo


Cantar es rezar dos veces

Yo te amo, Señor, mi fortaleza,
mi roca, mi baluarte, mi liberador.
Tú eres la peña en que me amparo,
mi escudo y mi fuerza, mi salvador.

En el templo se escuchó mi voz,
clamé por ti en mi angustia,
extendiste tu mano y no caí,
tu poder, del enemigo me libró.

Cuando yo invoqué tu nombre,
con mano poderosa me salvó tu amor.
Son perfectos tus caminos, tus manos me sostienen,
Tú eres mi Rey.

Salmo 18

AQUÍ ESTOY SEÑOR, OYE MI VOZ.

AQUÍ ESTOY SEÑOR, OYE MI VOZ.
AQUÍ ME TIENES, SEÑOR JESÚS

Tú me sondeas y me conoces;
de lejos sabes mis pensamientos;
me conoces cuando me siento
o cuando me levanto,
de lejos percibes mis pensamientos
disciernes mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
Sabes lo que voy a decir
antes de que lo pronuncie…
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno,
conoces perfectamente mi aliento
y te es familiar
cada surco de mi cuerpo.
Tus ojos veían mi embrión
cuando me iba formando en lo oculto
y entretejiendo
en lo profundo de la tierrra,
En tu libro se escribían mis días,
mis lágrimas y mis risas,
mis luchas y mis descansos.

Señor, tú me sondeas y me conoces,
me conoces cuando me siento
o cuando me levanto,
cuando grito o cuando callo,
cuando sufro o cuando gozo.
Me conoces cuando amo
o cuando niego,
cuando rezo
o cuando te doy la espalda,
cuando acaricio o cuando hago daño.
Señor, tú crees en mí
más que yo mismo.
 

Poesía a Santa Rosa de Lima

Santa Rosa de Lima
tierna madre mía
llevas en tus ojos
la inocencia de una niña.

Sufriste por tus penas
sin quejas ni reproches
entregaste tus días
al creador de tu vida.

Entre cadenas te envolviste
entre lágrimas te despediste
de la vanidad de la vida
para quedar como santa
en el cielo de la gloria.

Quisiste salvar al mundo
pero perdiste tu alegría
llenado de obscuridad
todos tus días.

Hoy queremos recordarte
como la Santa de Lima
con el rostro tan dulce
como la flor de los jardines.
 

Santa Rosa de Lima - Santo del día 30 de agosto

Nació en Lima, Perú, en 1586. Fue la primera santa canonizada del Nuevo Mundo. Aunque fue bautizada con el nombre de Isabel, se le llamaba comúnmente Rosa y ése fue el nombre que le impuso en la Confirmación el arzobispo de Lima, Santo Toribio.

Rosa tomó a Santa Catalina de Siena como modelo. Se dedicó a atacar el amor propio mediante la humildad, la obediencia y la abnegación de la voluntad propia.

Ingresó a la tercera orden de Santo Domingo y, a partir de entonces, se recluyó en una cabaña que había construido en el huerto de su casa.

Llevaba sobre la cabeza una estrecha cinta de plata, cuyo interior estaba erizado de picos, era una especie de corona de espinas.

Su amor por el Señor era tanto que cuando hablaba de El, cambiaba el tono de su voz y su rostro se encendía como un reflejo del sentimiento que embargaba su alma.

Tiempo después, una comisión de médicos y sacerdotes examinó a la santa y dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales. El modo de vida y las prácticas ascéticas de Santa Rosa de Lima sólo convienen a almas llamadas a una vocación muy particular. Lo más admirable en Santa Rosa fue su gran espíritu de santidad heroica, porque todos los santos ya sea en el mundo, el desierto o en el claustro, poseen el rasgo común de haber tratado de vivir para Dios en cada instante. Quien tiene la intención pura de cumplir en todo la voluntad de Dios, podrá servirle con plenitud en todo lo que haga.

Santa Rosa murió el 24 de agosto de 1617, a los 31 años de edad. El Papa Clemente X la canonizó en 1671.

Fuera de la Cruz no hay otra escalera por donde subir al cielo."

Gloriosa Santa Rosa de Lima,
tú que supiste lo que es amar a Jesús con un corazón tan fino y generoso,
enséñanos tus grandes virtudes para que, siguiendo tu ejemplo,
podamos gozar de tu protección en la tierra y de tu compañía en el cielo.
Amén

Lectura del día

"El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró." (Mt 13, 44-46)
 

Rezar

Rezar es departir con el Maestro,
es echarse a sus plantas en la yerba,
o entrar en la casita de Betania
para escuchar las charlas de su cena.

Rezar es informarle de un fracaso,
decirle que nos duele la cabeza;
rezar es invitarle a nuestra barca
mientras la red largamos a la pesca,
y mullirle una almohada
sobre un banquillo en popa a nuestra vera.

Y, si acaso se durmiera,
no aflojar el timón mientras Él duerma;
y es rezar despertarle si de pronto,
la mar se agita y pode fea.

Es rezar – ¡y qué rezar! – decir “te quiero”,
y lo es – ¡no lo iba a ser! – decir “me pesa”,
y el “quiero ver” del ciego,
y el “¡límpiame!” angustioso de la lepra,
la lágrima sin verbo de la viuda,
y el “no hay vino” en Caná de Galilea.

Es oración, con la cabeza gacha,
después de un desamor gemir “¡qué pena!”;
cualquier sincero suspirar del alma,
cualquier contarle a Dios nuestras tristezas,
cualquier poner en Él nuestra confianza...
...y esta vida está tan llena de “cualquieras”.

Todo tierno decir a Nuestro Padre,
todo es rezar...
¡y hay gente que no reza!

(José I. Carreño, S.D.B.
Misiones Salesianas)
 

Mi salvador

Cuando tropiezo... ÉL ME ATAJA
Cuando estoy deprimido... ÉL ME SOSTIENE
Cuando lloro... ÉL SECA MIS LÁGRIMAS
Cuando me quiebro... ÉL VUELVE A JUNTAR MIS PEDAZOS
Mi Salvador ♥

Oración a María

Madre:
Me cuesta comenzar la semana, porque sé que es una nueva tarea, un nuevo compromiso, un nuevo esfuerzo.
Ayúdame a comenzarla con entusiasmo, con alegría reestrenada, con ilusión nueva.
Sé que estás a mi lado: en mi familia, en mis amigos, en las cosas, en mi propia persona.
Ayudame a llevarla con todas las cosas que me puedan llegar, y al protegerme con tu manto, se que no voy a flaquear.
Amén
 

Mi boca, anunciará tu salvación, Señor.


Lectura del día

"Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista". (Mc. 6, 17-29)
 

Tú eres el agua viva

Hace dos domingos atrás Jesús le preguntó a sus discipulos: ¿quién dicen que soy Yo?
Esa misma pregunta nos hace hoy Jesús a nosotros. ¿qué le respondemos?
 

Pídeme lo que quieras...


San Agustín - Santo del día 28 de agosto

SAN AGUSTÍN (354-430) nació en Tagaste (hoy Souk Ahras), en la Numidia, entonces parte de la África romana, actualmente Argelia, en el seno de una familia de pequeños propietarios terratenientes.

Su padre, Patricio, era un pagano de temperamento iracundo, mientras que su madre, Santa Mónica, ha llegado a considerarse como modelo de amor y abnegación de una madre cristiana.

Santa Mónica soportó muchos sufrimientos por causa de su hijo Agustín, especialmente durante su juventud, pues con todo y su extraordinaria inteligencia era un muchacho arrogante y rebelde.

Llegado el momento, sus padres lo enviaron a estudiar a Cartago (suburbio de la actual ciudad de Túnez), y ahí el joven Agustín se resolvió por la retórica, llegando a ser un profundo conocedor de la literatura de su tiempo, y en especial de los clásicos griegos –quienes escribieron ocho siglos antes que San Agustín.

Estas lecturas le llevaron a profundizar en el estudio de la filosofía. Esto no le impidió, sin embargo, que en su juventud se dejara arrastrar por las pasiones mundanas como la fama, la lujuria y la frivolidad.

En esta época, luego de leer Hortensius, de Cicerón, San Agustín había abrazado la herejía del maniqueísmo, la cual explicaba el estado terrible del mundo arguyendo que éste no había sido creado por Dios, sino por un demonio que se hacía pasar por Él ante nosotros.

Pero más tarde desechó esa creencia, y llegó a concluir que es imposible alcanzar la verdad pura, y se volvió partidario del escepticismo. Desesperado en su búsqueda de lo verdadero y confundido en sus ideas, San Agustín decide embarcarse rumbo a Roma para proseguir ahí sus estudios. Preocupada por su hijo, Santa Mónica decidió seguirlo a Italia.

En la ciudad de Mediolanum, la actual Milán, San Agustín tuvo oportunidad de asistir a los sermones del santo obispo Ambrosio, quedando profundamente conmovido por sus prédicas, como si de pronto se hubiera hecho la luz en su interior; así, el año 387, a los 33 años de edad, decidió finalmente recibir el bautismo.

La más alegre con el acontecimiento fue Santa Mónica, cuyo motor de vida había sido ver algún día a su hijo convertido. Pero sucedió que cuando madre e hijo estaban a la espera de un barco para regresar juntos y reconciliados a Tagaste, ella falleció de fiebre repentinamente.

San Agustín no permaneció en Roma, sino que prosiguió hasta su ciudad natal. Vendió todas sus propiedades y se retiró con unos compañeros a hacer vida monacal –lo que marcó el antecedente de la Regla de lo que llegaría a ser la Orden Agustina.

El monasterio lo pretendía fundar en Hipona, o sea Hippo Regius (hoy Annaba), pero en esa ciudad el obispo lo ordenó sacerdote en 391, e inesperadamente el propio San Agustín fue nombrado obispo de Hipona en 395.

En 430, cuando los bárbaros vándalos al mando de Genserico, luego de cruzar por España al norte de África, sitiaron Hipona, San Agustín contrajo una enfermedad y murió a los 76 años de edad.

La extensa obra escrita que San Agustín de Hipona nos legó sigue siendo imprescindible en la actualidad, tanto en teología como en filosofía. Por ejemplo sus Confesiones y La Ciudad de Dios. La profundidad de su pensamiento le valió ser considerado uno de los cuatro más importantes Doctores de la Iglesia.

San Agustín de Hipona es también el santo patrono de los teólogos y de los impresores de libros.

SAN AGUSTÍN nos enseña a conciliar la fe con el intelecto.

Lectura del día, Mt 16, 21-27

"El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará."
 
Sólo hay una forma de ser o tratar de ser recíproco con Jesús; una sola cosa nos pide: “apacienta mis ovejas”. Si me amas has de hacer lo que yo te pido, lo que yo quiero, lo que te ordeno…Y lo que quiero es que tus hermanos tengan paz. ¡Esa es nuestra misión!

El Señor no quiere muchas palabras…no quiere declaraciones de amor, quiere hechos. Por otro lado nos reclama una actitud amorosa hacia los demás, hacia el Pueblo suyo, hacia la Iglesia. Porque no de otra forma se puede apacentar… El Señor sabe de nuestras constantes fallas, de nuestra poca perseverancia, de nuestras debilidades tan bien encarnadas por Pedro, quien, como sabemos, lo negó tres veces.

Por eso le pregunta tres veces lo mismo, sabiendo que habremos de equivocarnos, que habremos de asustarnos algunas veces y que le fallaremos; pero lo importante es no quedarnos en el error, sino reconocerlo, pedir perdón…reconciliarnos y volver a intentarlo. Si caes, levántate…no te quedes allí, vuelve a tu misión, a la misión que el Señor te ha encomendado: apacienta mis ovejas.

¿Me amas? Apacienta mis ovejas…